sábado, 30 de mayo de 2009

Entre hojas que vuelan al infinito de la nada

La hoja vuela y es papel perdido a la deriva, tan a la deriva como un cortejo fúnebre de ruedas trémulas que se detiene frente al cementerio cerrado...el entierro llegó tarde y nos miramos con caras de asombro, pensando adonde vamos con toda esta ropa negra..Pensando que carajo hacemos con las flores...y el muerto?

El muerto eligió morirse, se suicido, el muerto sabia que jugaba con fuego y se cago en los que nos quedamos tan llenos de nada. El muerto es un vivo bárbaro que re revuelve en el jonca y se fuga mientras las lloronas impregnan el aire de perfume barato, acido..Tanto acido corre por nuestras cabeza que el cielo rojizo no asombra a nadie..

La hoja sigue su vuelo y pasa por el bar de viejos con olor a naipe Justo Rodeo, donde dos viejos comentan , entre ginebra y recuerdo, el tango de Fresedo que olvidaron la letra y comentan al pasar.. “las minas son todas putas, si las cagan a palos es porque les gusta” los otros dos asienten en silencio, recordando en como les pegaban a sus mujeres y en la revolución libertadora, entre cachetazo y cachetazo a la guaina se acordaban y se calentaban pensando en las picanas que le metían a los pibes en el sótano meado y perdido. Los torturadores tienen mujeres fieles y ciegas.

El acorde final del bandoneón levanta la hoja hasta pasar el techo, se vuelve pluma en el aire y así, volando a la deriva llega a la tapera del conurbano, el botellero se zarpo unas cosas hoy en la feria y ata a la yegua, que esta ahí, sometidita. La yegua en realidad está desatada pero se queda ahí, porque su espíritu yeguil no tiene imaginación para escaparse, esta ahí porque le gusta, en la Spika suenan los mismos tangos de los viejos, canciones libertarias de principio del siglo XX que hoy ya suenan tan anticuados, son una pantomima musical, una mascara despintada. Una celebración, un cumpleaños sin invitados, quien va a querer festejar con ella, si no puede separarse de la ventana, recuerda los momentos y las mentiras, recuerda a los giles del barrio, algo le queda de linda todavía, algo de su fulgor juvenil, y mierda que rompió corazones y mierda que se equivoco. La gayola le sentó bien pero no cambio su esencia. y las pibas pasan por la puerta y la miran, esta vieja y esta joven..que es?? no es nada, ni ella sabe lo que es, vuela en la tarde de otoño, todo vuela, las hojitas secas, los papeles, las plumas intrusas de la tapera del conurbano, suena la cumbia triste y lenta como este momento, la cumbia es nuestra desgracia con ojos de vedette y olor a naftalina, las plumas y las mariposas eligen la miseria, a ver si le ponen algo de lindura a lo irremediable. Fogonazo, crónica tv, muerte del rock, bombas en miles de Cromañones, muere Calamaro y sus canciones idiotas, bombas en recitales de Eternos Inocentes , esas canciones se las van a tener que meter en el culo sus fans que hoy fallaron, se murieron todos. se quemo todo, el sistema ganó, ganó el sometimiento a la juventud porque ellos mismos prendieron la mecha...

Todo vuelve a la normalidad, barremos el piso, tiramos las cosas viejas, las cartas de mentira, las promesas, los ceniceros, tiramos todo a la basura y damos vuelta la pagina. El sol cae en Buenos Ayres, el papel volador y aventurero aterriza en la casa esa, vieja, donde las utopías aun quedan vivas, elige quedarse ahí y alimentar el fuego...ser el alimento de la combustión, y entre chispazos de la noche volar y ser estrella, constelación quizá.

viernes, 15 de mayo de 2009

Psicomantra

Mi canción de monje zen es un grito ahogado
No tendría estas notas musicales onduladas
si no fuera por las balas a Lennon
o el ácido de Hendrix
Mi canción quiere desgarrar, ser el whisky que a Richards lo espera en el averno
Luces en remolinos, gargantas del diablo

Tengo estrofas y trofeos de perdedor
de cancionero que esta arrugado y amarillo
Guitarra de tres cuerdas sanas
( y otras tres cortadas )
Tambores de tribu antropofágica
Fuelle pinchado

Mi canción la canta un monje en mi cabeza
Mi canción esta sin escribir
..Aun