martes, 21 de octubre de 2008

Amor patogénico

Flash 1

Welcome home, darlin!! vas a sufrir porque cuando salgas de entre estas cuatro paredes vas a tener tus ojos quemados, por la realidad que acá golpea en la mandíbula. ves como mi perro se muerde la cola, hasta pelarla. La sangre lo tienta a seguir mordiendo y despierta su instinto mas salvaje. ves como mi perro mastica su propia cola y responde a su ataque mordiendo aún mas fuerte, solo por un mecanismo de ataque/defensa. cada vez se muerde mas. Una vieja sentada a una mesa contra la pared ríe y aplaude la escena, le faltan todos los dientes  y tiene una pollera manchada por la sangre de mil abortos.

 

Flash 2

mi perro es solo una cabeza intentando morderse a si misma, tras comerse a su propio cuerpo y dejar su estómago por la mitad, mastica y lo que traga cae al vacío de la noche, dejando una constelación de carne  en el suelo de la habitación. La vieja mira, aplaude y come algo similar a un guiso, algo que llena un plato roñoso, como la cabeza de un demente.

 

Flash 3

 Estoy parado en el centro del cuarto, sobre una TV en blanco y negro que pasa un culebrón mexicano. Son las 7 de la tarde y septiembre me convirtió en el torturador crepuscular del hemisferio norte de la ciudad. Golpeo con mi bastón  la mandíbula sin dientes de la vieja, que cae inerte en la silla y vuelca su vaso de vino, golpeo a los espectadores deficientes del departamento de al lado que están de visita a tomar una leche cuajada y gusanosa, golpeo, rompo la TV en b/n y bailo, canto. zarandeo mi fala escocesa. te acaricio con mi bastón, levanto tu mentón y te obligo a mirarme, estas llorando en silencio. las lagrimas  negras dibujan un mandala con forma de perfecta cereza. El perro autófago vomita restos de su ser  y me implora piedad con su mirada. Piedad tendrán los dioses, mas no un ser armado con un bastón. Carlos Mata musicaliza  el room. Cayó el sol, los autos iluminan la calle

 

Flash 4

La habitación contigua es la bacanal del mal gusto, gente que camina en círculos, rondas interminables rodean el revoltijo humano de la cama. no se distingue quien está vivo y quien no pero el frenesí  deja atrás cualquier  aprehensión, cualquier asco, cualquier moral. Cualquiera puede ser boca, cualquiera comerse vivo al de enfrente. Todos cantan un mantra hipnótico lisérgico, explosiones de color bailan al ritmo de las plegarias homicidas.vos llorás, lloras, no podés parar de gritar pero estás lejos de casa, mamá no te va a escuchar.

 

Flash 5

Good bye my love! te veo partir en tu silla de ruedas  de metal de alquiler de tullido de persona sin ojos, ciega de sentimiento. Saludo con mi bastón a los camilleros que acompañarán a tu morada eterna, donde el recuerdo del atardecer rojo de primavera perfumó de azahar tus memorias y vivencias de esta casa de locos, de  mi vida de locos, de mi amor patogénico. Cae de nuevo el sol,  adentro  se anima la ronda, te miro por última vez, te tiro un beso y cierro la puerta

viernes, 10 de octubre de 2008

Lamparita

La lamparita roja es más triste
que la cumbia de madrugada de Navidad
"Baby te quiero ououoh" suena en los parlantes
ya nadie bailan, todos son cuerpos sin cabezas
Hay botellas volcadas y gente volcada
Vos brillás aunque tengas el rímel corrido
Brillás en tu inocencia, altiva
De todos los borrachos que te tocaron hoy
Todos los que te besaron
Ninguno rozó siquiera tu corazón, son muñecos
Son solo tiempo que pasa
Ni diversión podrían llamarse

La lamparita roja parece muerta
ante el nacimiento del día
El sol devora techos, avanza
y vos volvés a casa con olor a cerveza.
Tan vacía como siempre
te veo entrar, abrir la puerta.
Desearía golpearte, lastimarte de verdad
pero no...

Te sentás a mi lado, conversamos
los ruidos del día nos envuelven
Radio, tv, autos que van hacia algún lado
Gritos de los recolectores del meo de las viejas
9 AM, nos metemos en la cama
y me abrís tus piernas y tu alma
Solo puedo vengarme
Cojerte de todas las formas posibles
Solo puedo vengarme dulcemente
porque sos mía, solo mía
te tengo adiestrada, sumisa
y ni los borrachos que tanto te gustan
ni la cumbia, ni las lamparitas rojas
me sacarán de mi trono
del masoquista dueño de tu corazón