miércoles, 6 de octubre de 2010

Harmalina Revolution

Después del sacudon, la taquicardia nos duró cuatro días
el pánico duró toda la vida, como un tatuaje
"Mandale menos, bestia!" grito el pelado
como un Nosferatu del Once, despertando bajo un tablón
Si no sabes de que se trata, entonces relajate
el ejército de la Harmalina Revolution asola la habitación
hay una cara, dos, tres, no las conozco, da igual
no me pierdo de nada bonito
La lamparita roja alumbra el cuarto como un bosque
sin viento, un bosque petrificado
intacto e inmóvil, salvo por los gritos del pelado
que desnudo y en el patio, a los gritos
toca su bombo sindicalista
y le ofrece al mismo Dios que niega
sus mejores proclamas antisistema.

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