domingo, 8 de junio de 2008

En Esas Calles De Tierra

a continuación les dejo un relato breve pero contundente de mi maestro en muchas cosas, el Bocha.. espero que lo disfruten


En esas calles de tierra , en ese gigantesco baldío que era mi barrio , de casas prefabricadas, con techo de chapas de cartón; en esa pobreza obrera la vida de nosotros los chicos , transcurría sin otra esperanza que llegara el domingo para comer el asado que hacia mi padre o las cosas dulces que la tía que vivía en el centro de la cuidad nos traía. Era cosa seria esperar a la tía, que llegaba siempre con un novio nuevo.,Para nosotros era nuestra hada madrina . La íbamos a esperar a la parada del colectivo ,llegaba siempre cargada con esas cosas que para nuestra pobreza eran maravillas. Verla bajarse del colectivo con esos zapatos y esa ropa tan bonita, con ese perfume dulzón que usaba nos trasladaba , por lo menos a mi al país de los sueños. Ella con ese aire de señora fina era el comentario de la s vecinas. Era reina por un día y nosotros su sequito. Se sentaba a la cabecera de la mesa, y con parsimonia estudiada nos iba entregando esas riquezas, esas cosas que solamente los chicos ricos podían acceder. Sándwiches de miga, jamón, queso, facturas de las panaderías de la capital, o para las fiestas paquetes con zapatillas o ropa usada que mi madre después la rehacía a nuestra medida No siempre podía, pero a quien le importaba usar zapatos mas grandes, si era un lujo tener unos zapatos así. Éramos la envidia del colegio, el negro tiene zapatos, (más de una vez los llevé en la mano por no ensuciarlos y menos embarrarlo)
Tiempos de chicos con zapatillas de lona pampero ,otros con skipi, esas sandalias de plástico que se rompían y que nos dejaba un olor a pies imposible de soportar, tener zapatos era algo que nos hacia importantes ante la mirada entre admirada y envidiosa de los pibes del grado.
La cuestión es que llegó el domingo tan esperado y la tía no vino, la esperamos en la parada como siempre, pasaban los colectivos (uno por hora)y nada. Le habrá pasado algo seguro, estará enferma? Se habrá peleado con un novio ¿.El otro domingo igual, ni noticias, mis esperanzas de verla bajar del colectivo se fueron con el tiempo disipando ,mi madre silenciosa no hacia comentario alguno. Cuando preguntábamos por ella.
Pasó como cerca de un año, hasta que un día la vi regresar, pero sin nada en la manos, únicamente un bolsito amarillo que le caía displicente de un hombro. Ya no tenía el olor dulzón de su perfume ahora olía a mujer enferma, pálida, demacrada, con ojeras que le llenaban la cara, un beso, en esa mejilla mustia y una mirada que no se como explicarla, vacía, llena de dolor o de pena, algo así pude ver cuando se abrazó en silencio con mi madre.
Igualmente pensé que a la tardecita se estaría yendo como todo domingo, pero no. Ahora veía a mi madre cambiando de lugar unas camas en ese dormitorio único que teníamos ,La vi poner un cubrecama ,que vaya a saber de cuando lo tendría, y sabanas nuevas. La cuestión es que fui a parar a un rincón de la pieza con mi colchón en el piso y con mi orgullo lastimado.
La tía en silencio se acostó y escuches sollozos apagados, ya no era la reina, ni yo su guardián.
Con esa simpleza con que los chicos aceptan las cosas, sin más preguntas que hacer, nos fuimos acostumbrado a ese alma en pena, a esa mirada vacía, a ese olor rancio que emanaba ahora de su piel, de sus pelos, a verla salir para el almacén a sacar fiado botellas de vino, esas de vidrio de un litro , las verdes ;a encontrarla en el fondo cerca del baño, tomando y con la mirada perdida, hablando sola hasta que se daba cuenta que la estábamos observando, y entonces entonaba alguna melodía como un susurro.
Si una melodía o una canción de cuna me parece que era.
Nos dejó de hablar, nos miraba de mala manera, los chicos huíamos cuando estaba en el patio, dejó de comer en la mesa familiar, lo poco que comía lo hacia en el fondo, o se lo llevaba a la cama, se quedaba dormida, y las hormigas se hacían el festín con sus sobras.
Una noche, encuentro a mi madre, llenando un fuentón con agua caliente que traía de la cocina y meterse con ella en el baño ,ese baño que como imaginan, no tenia otra comodidad que una taza hecha de una rustica manera por mi padre, un pozo ciego y, tablas cruzadas como paredes,y con techo tambien de chapas de cartón.
La luz de una vela y de la luna que se filtraba por las hendijas, hizo que la curiosidad le ganara a los temores y despacito me acerque
por atrás y pude ver.
Mi madre con una esponja vegetal, bañando a la tía ,pobre tía( fue la primera mujer que vi desnuda), parada como perdida y mi madre fregándola con energía hasta con rabia diría, cuando se dio vuelta me quede horrorizado ,le faltaban los pechos ,en su lugar dos espantosas cicatrices.
Habrán pasado mas o menos dos meses de aquella noche, cuando una tarde de otoño, los cardos se empezaban a secar .y el vientito frío andaba anunciando un invierno con heladas, vi como tres policías golpeaban la puerta de casa y sin decir mas a la tía se la llevaban.
Una ultima mirada, pero ya no de odio, ni de tristeza, sino serena, me hizo al partir.
La cargaron en esa camioneta, y nunca más la volví a ver.
Una tarde después de muchos años, revolviendo papeles viejos de mi madre que por ese entonces ya había fallecido, encontré una foto de la tía, amarilla por el paso del tiempo, y unos recortes de un diario de la época. Donde en letras catastróficas decía: Fue detenida anoche la prostituta que mató a su hijo recién nacido, se había extirpado los dos pechos en un ataque de locura .El fiscal pide cadena perpetua para esta asesina.

ALDO LEGÁN

2 comentarios:

Anónimo dijo...

la semejanza de las pobrezas de nuestras infancias...de las infancias de los pobres del mundo, me paraliza y me agrieta...
yo no speraba los asados...solo las media lunas de grasa recalentadas de dos días con las que una bella señora nos alegraba las frías y tristes tardes de domingo...

Anónimo dijo...

uhhhhhhhhhhhh... ven ke somos hermanos!!!???